Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Al paso

Climent, filólogo y ‘economista’

Rafael Climent, conseller de Economía. Foto: wikimedia
Rafael Climent, conseller de Economía. Foto: wikimedia
No creo que fuera buena la idea de Mónica Oltra de nombrar a Rafael Climent conseller de Economía por excelente que hubiera sido su trayectoria como militante y dirigente de Compromís. Es verdad que, como filólogo y docente que es, tiene un discurso fijo para justificar hasta lo injustificable, como es el caso de los […]

No creo que fuera buena la idea de Mónica Oltra de nombrar a Rafael Climent conseller de Economía por excelente que hubiera sido su trayectoria como militante y dirigente de Compromís. Es verdad que, como filólogo y docente que es, tiene un discurso fijo para justificar hasta lo injustificable, como es el caso de los horarios comerciales.

Lleva meses y meses repitiendo siempre lo mismo: que es un asunto delicado y tiene que resolverse mediante el diálogo y el consenso entre todos los actores, tanto en Valencia como en Alicante. ¿Y si los actores no se ponen de acuerdo? Pues entonces, se deja pasar el tiempo con el extraño convencimiento de que el paso de ese tiempo todo lo arregla, lo que no es cierto. A veces lo soluciona la justicia, como en el caso de las grandes superficies de Alicante.

Al  conseller de Economía se le va a pasar la legislatura sin resolver el problema de los horarios comercialesPero al filólogo Climent, transformado en ‘economista’ por Mónica Oltra, no le gusta la judicialización de los asuntos políticos y, aún admitiendo que las sentencias judiciales deben acatarse, lo deseable es que las decisiones del Consell y de los ayuntamientos se produzcan “de abajo hacia arriba y no de arriba hacia abajo”. Cree Climent que siempre es posible llegar a acuerdos y respeta la postura del alcalde de Alicante sobre la capacidad de decisión del Ayuntamiento en la materia, si bien aconseja a Echávarri que cuente con el beneplácito de todas las partes implicadas.

El ‘buenismo’ del conseller puede llevarle a que pase toda la legislatura y no haya resuelto el conflicto sobre los horarios comerciales. Insiste en que con buena voluntad la solución es cosa de meses, pero no dice cuántos. Ha pasado media legislatura y todo se va en palabras. Acaso ignora que sólo con filología no se resuelven los problemas económicos y sociales.

Ramón Gómez Carrión

Periodista.

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