Semana mala para los que utilizamos los medios de transporte intentando contribuir con Alicante urbana, porque he leído que van a quitar varios autobuses (momento: Barcala, patinetes para la tercera edad), así por la cara. No se entiende (yo desde luego no lo entiendo) muy bien porqué razón una persona o dos, o las que sean, han decidido que bueno, que venga, que vamos a quitar autobuses. Quizá se levantaron, encendieron la neurona y decidieron, con los votos de un pueblo que los apoyó, que por un montón de usuarios que vamos a restringir el uso… Quizá toda esa peña va en coche oficial, o no sabe lo que es utilizar el transporte público, o que llueva cuando estás en la parada con niños, bebés, mojándose. Pero da igual, que se aguanten y se mojen, o que esperen, o lo que sea, pero que esperen un poco más o vayan más apretados (no voy a decir supuestamente hacinados, porque suena a otra cosa fea). Pero que la oficina para sacarse el bonobús la tienen en la subida de la Rambla porque cada vez hay menos kioscos donde se pueden recargar. De hecho, hay menos kioscos en general, y mira que molaban. Luego se quejan de que no se use el transporte público y se eche mano del coche particular, si es que al final encontrar un autobús va a ser más complicado que encontrar a Wally.
Como subidas y bajadas en algunos centros educativos de la ciudad, que mucho rollo de inclusión y tal y mola mogollón y cuando llegas con un/a alumno/a en silla de ruedas pues como en las pistas de deporte hay escalones, se terminó la inclusión porque no se puede acceder. Y todo son: «hay que adecuar y un montón de cosas». Y venga a ver si las arreglamos. Pero en pleno siglo XXI que una persona en silla de ruedas no pueda acceder a un pista de deporte en un instituto al que puede ir, pues mira, ¿a quién nos quejamos?

Bueno, aunque también hay quien tira perros por los balcones por no tener que sacarlos a pasear, que no se entiende ese despropósito injustificable a todas luces. Bueno sí, volvemos a lo de las luces de la peña. A lo mejor las cabecitas pensantes necesitan ayuda de todo tipo porque hay cosas que no pueden llegar a comprenderse lo mires por donde lo mires.
Que la gente está peor que nunca. El otro día, un hombre y una mujer iban discutiendo en la calle porque Alicante estaba con tiempo nublado ya dos semanas y no era posible, que el hombre se había venido por el sol y no había sol alguno. Que digo yo, que con sol o sin sol, cuando tengas que comprarte el kit de supervivencia para poder resistir la Tercera Guerra Mundial pues ya me contarás si es necesaria esa discusión. Que esa es otra, que puede haber o no tercera, que no hay dos sin tres, eso es de ley, pero lo que no mola es que te digan que te tienes que comprar un kit y ahí ya van los precios desde 20 euros hasta 300 y ya los están vendiendo en Internet. Vamos a hacer negocio antes de que pase.
A ver, me he metido en Google y el básico te pone agua embotellada (5 litros por persona); alimentos fáciles de preparar (entiendo que una paella no te vas a poner a hacer mientras caen las bombas atómicas) y preferiblemente no perecederos (a ver depende de lo que dure la guerra, quizá alguno caduca); una radio a pilas (a comprar el transistor y pilas como si no hubiera un mañana, pero no dicen si hay que sintonizar Cadena dial, Kiss Fm, Los 40 principales, Radio María o no sé); una linterna (más pilas); una batería de repuesto para el móvil (si hay mucha peña en la familia, a comprar a mogollón, luego a ver dónde las recargas porque si las puedes recargar entiendo que también puedes recargar el móvil y entonces ya no te hacen falta las baterías recargables); un hornillo o cocina portátil y gas envasado (no sé lo de envasar el gas, porque si no entiendo que los pobres que suben las bombonas ya las subirían en paquetes, ahí me pierdo), combustible (no se especifica si es gasolina o diésel, como tampoco entiendo cuánto si es para llegar a Campello o a Albacete, tampoco sé si es para el coche, porque los que tengan coche eléctrico entiendo que no les hace falta a menos que sea para pegarle fuego a algo); cerillas (entiendo que será para lo anterior); dinero en efectivo por si has de comprar algo en Primark; medicamentos (supongo que un iburpofeno o un parecetamol o un kilo de diazepam pueden ayudar); un extintor por si te pasas pegando fuego con el combustible puedas apagarlo; cinta adhesiva, entiendo para tapar la boca a la peña que le dé por hablar mientras pasan esas 72 horas encerrado con un pesado/a (el kit es para ese tiempo, luego, a la hora 73, a salir corriendo); y, al final del todo, te ponen artículos de higiene, porque a la peña eso de cuidarse, lavarse, la regla, hacer caca, pis, limpiarse una vez hecho todo, pues como que a lo mejor es menos importante que tener combustible y un hornillo que te quepa la paellera. Compra todos los ingredientes, pero que si se va la luz ya da igual, que la gente no sabe vivir sin móvil, qué importa todo lo demás.
Porque en este mundo sin pies ni cabeza, me compra mi mujer dos pantalones vaqueros en una tienda de un centro comercial X, promoción dos por uno, que no lo era, pero no vamos a entrar en detalles para no descubrir el pastel. Me compra uno azul y uno negro de la misma talla, iguales, uno bien y el otro como que no, vamos a cambiarlos por otro igual pero azul porque íbamos sobre seguro y que no, que la promoción incluye el color. Vamos, que no, que naranjas de la China, que si quieres cambiar el negro cámbialo por otra talla mayor, pero que esto va así, que lo dice la máquina. Luego ríete de la IA, de la película Terminator, que a la chica no le permitía cambiarlo una máquina de mierda. Pues no. Pero que lo cuento porque hemos dejado de tener todo tipo de control, que no se pudo cambiar un pantalón porque una máquina no lo permitía, y era un pantalón, ¡qué no pasará en otros ámbitos Pegasus!
Peli recomendadoa, IA, de Spielberg.
Canción, La estatua del jardín botánico.
El futuro comienza con el presente y el pasado es otra historia. En fin, que ustedes lo lean, lo pasen y lo paseen bien.
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