Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Palabras

Asco

El expresidente de la Diputación de Almería, Javier Aureliano García (Fuente: PP).

Recuerdo bien cómo fueron aquellos primeros días, quizás porque hay personajes que nos lo recuerdan casi a diario. No me cuesta trabajo traer al presente, como si fuera ahora mismo, algunas de aquellas conversaciones en las escasas salidas de casa de aquellas primeras fechas. Las calles casi vacías, el silencio y el miedo imponiéndose con toda su fuerza, el abismo a lo desconocido impregnándolo todo, justo eso que nunca pensamos llegaría a ocurrir y que estaba sucediendo. Recuerdo también con facilidad aquellas contadas escapadas que hacíamos para ir al supermercado, a la farmacia, esos escasos hilos a modo de respiración asistida que nos mantenían unidos a la vida de antes.

Todo eso recuerdo. Como recuerdo ver el terror a siquiera tocar la manivela de las cerraduras con los dedos de la mano, el uso de las llaves metálicas para pulsar el botón de los ascensores, los guantes de fino plástico que utilizábamos como ilusorio escudo que nos mantuviesen a salvo de aquella lista interminable de muertos y más muertos que nos perseguía a todas horas. Todo eso y mucho más recuerdo. Como los rostros extraviados de la gente cercana vistos por las pantallas de los móviles, aliados imprevistos de nuestra soledad impuesta; también las conversaciones en voz baja, la búsqueda constante de las palabras justas para tratar de acercarnos —explicarlo no estaba aún a nuestro alcance— a aquel paisaje y aquella distopía.

Puestos a recordar, recuerdo también las imágenes de aquellos aplausos en las ventanas, siempre a la misma hora, que eran ánimo para la gente que se jugaba la vida en los hospitales pero que también era al tiempo el deseo de querer seguir formando parte de un futuro cuyas páginas ya no eran tan ciertas. Y, sí, dentro de esos recuerdos me vienen a la memoria aquellas primeras mascarillas de tela cosidas a mano que aún guardo como amuleto en algún cajón olvidado, mascarillas artesanales fabricadas en casa, imágenes que se mezclan con aquellas otras de las bolsas negras y blancas de basura que utilizaban como toda protección posible los sanitarios que nos empezaron a parecer héroes porque las administraciones —todas— se habían descuidado y estado pendientes de otras cosas y nunca pensaron que podría pasar lo que estaba pasando.

Ese era, así resumido, el escenario en el que vivimos. ¡Y no hace tanto!

Por eso, con todos esos recuerdos e imágenes grabadas ahí, a fuego lento, en la memoria, debe ser que duele tanto ver y comprobar una y otra vez cómo la lista de la ignominia sigue creciendo y golpeándonos a cada instante. Ver y comprobar cómo mientras la mayoría de todos nosotros vivimos rodeados de aquel dolor e incertidumbre, imaginando cómo serían los tanatorios sin lágrimas, sin despedidas, lo único que veían algunos de nosotros era, fue, una gran oportunidad de negocio. ¡Un bazar de oportunidades! Debe ser por eso que duele tanto ver y comprobar que fueron muchos más de los imaginables los que se lanzaron ávidos y avariciosos a traficar con el dolor ajeno, aves de rapiña dispuestas a escarbar entre los estercoleros del silencio impuesto.

José Luis Ábalos y Pedro Sánchez en imagen de 2021 (Fuente: Moncloa).

Hablamos, claro, de gentes como Luis Medina y Alberto Luceño, esa pareja de señoritos venidos a menos, revoloteando como sanguijuelas en los despachos amigos del Ayuntamiento de Madrid; hablamos, y aunque casi se nos haya olvidado, del hermano de la presidenta de Madrid, Tomás Díaz Ayuso, y su pandilla de juventud, enriqueciéndose y traficando mascarillas y comisiones indecentes con dinero de la Comunidad de Madrid, esa misma comunidad que presidía y preside Isabel Díaz Ayuso, de esas mismas comisiones de la desvergüenza que le costaron el cargo al presidente del PP, Pablo Casado, solo por atreverse a señalar con el dedo a la baronesa madrileña; hablamos, también, del todopoderoso secretario de organización socialista y por entonces también ministro de Fomento, Transportes y Movilidad Urbana, José Luis Ábalos, de su lugarteniente Koldo García, y su viscosa y purulenta relación con el corruptor confeso Víctor de Aldama, copia chulesca de aquel viejo gurteliano Francisco Correa autoproclamado Don Vito para que no hubiese lugar a dudas; hablamos —nunca podremos dejar de hacerlo— del novio de España, Alberto González Amador, capaz al tiempo de enriquecerse y defraudar a Hacienda, traficando con esas mismas mascarillas bajo las alas y el paraguas protector de la intocable presidenta de Madrid.

Y cuando ya pensamos que la lista había terminado de crecer, nos aparece ahí, al fondo, el cutrerío del presidente de la Diputación de Almería, Javier Aureliano García (PP) y su cuadrilla de esbirros, que hicieron en aquellos días (todo supuestamente, claro) un curso acelerado de cómo enriquecerse, todo en medio del dolor ajeno y extrayendo de las arcas públicas que debían custodiar dinero y comisiones que fueron repartiendo entre familiares y amigos para tratar de borrar el rastro.

A todos ellos, los de entonces y los de ahora, los juzgados y los no juzgados, también a los que encontraron un juez o un fiscal amigo que les evitó el mal trago de una condena y el oprobio público, a todos los que ya sabemos de sus nombres, pero también a los que permanecen ocultos, decirles y lanzarles a la cara -aunque seguramente les dará igual- una palabra. Es de solo cuatro letras. Empieza con una “a”, va seguida de una “s” y una “c” y finaliza con una redonda vocal abierta que cierra el círculo de la desvergüenza y la bajeza moral más abyecta como es la “o”.

Pepe López

Periodista.

3 Comments

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  • Compañero,
    recuerdo también la noticia publicado en
    EL MUNDO (31/03/2020 01:13)
    FERNANDO LÁZARO/ Madrid

    Reproducción Textual, a continuación:

    Interior – Crisis del coronavirus

    La destitución del policía que alertó de la crisis del coronavirus

    El responsable policial de prevención de riesgos laborales, José Antonio Nieto, recomendó el 24 de enero «evitar aglomeraciones»

    Última hora del coronavirus en España

    El avance del coronavirus en España

    La Policía admite que desde enero trata de conseguir mascarillas y guantes

    FERNANDO LÁZARO | Madrid

    Dos ruedas de prensa -28 y 29 de marzo- sirvieron para arrojar luz al origen de la preocupación en la Policía Nacional sobre el efecto del coronavirus. Fue el director adjunto operativo (DAO), José Ángel González, quien confirmó este sábado, 28 de marzo, que desde finales de enero la Policía ya estaba tratando de buscar mascarillas y guantes para sus funcionarios. Mucho antes de que el Gobierno diera importancia al virus y tomara medidas.

    Al día siguiente, domingo, fue aún más preciso. La Policía comenzó a finales de enero a intentar comprar material de protección contra el coronavirus «siguiendo las recomendaciones del Ministerio de Sanidad», que les instó a reforzar la protección de los agentes en las fronteras.

    El DAO explicó que el 24 de enero se dio orden de «reforzar» las fronteras aéreas «siguiendo las recomendaciones de Ministerio de Sanidad», que sugirió la conveniencia de «incrementar» la protección de los efectivos policiales que trabajaban en las fronteras. Se «intensificaron» las gestiones para adquirir mascarillas, guantes y gel hidroalcohólico para los agentes policiales.

    Posteriormente, se realizó una difusión de instrucciones preventivas «más actualizadas y ampliadas», dirigida a todos los funcionarios de la Policía. El responsable de la Policía Nacional indicó que se puso en marcha un plan de actuación con un doble objetivo: proteger la salud de los policías y garantizar el servicio público a los ciudadanos.

    Sin embargo, parece que no fue el DAO el primero que levantó la voz de alarma. José Antonio Nieto González, médico, especialista de trabajo y técnico superior de riesgos laborales, era el responsable del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de la Policía Nacional e hizo una advertencia en enero sobre el coronavirus que le costó el puesto.

    Las recomendaciones del Nieto González
    El 24 de enero, el entonces responsable policial firmó una instrucción en la que se realizaban las primeras recomendaciones para los funcionarios que estuvieran en zona de riesgo, en fronteras aéreas. Es decir, en los aeropuertos.

    Recomendaba a los agentes que intervinieran en el control de llegadas de vuelos procedentes de China que usaran guantes de nitrilo y mascarillas FP2, y recomendaba que «se eviten aglomeraciones». «Evitar el contacto cerca de cualquier persona que presente síntomas de enfermedades respiratorias, como tos y estornudos. Evitar aglomeraciones», apuntaba ya en su escrito Nieto.

    «Para detectar posibles enfermos, varios aeropuertos de Australia, Estados Unidos y varios países asiáticos como Tailandia han comenzado a realizar controles médicos (por lo general una rápida medición de temperatura corporal en búsqueda de posible fiebre) a los pasajeros procedentes de China». Y recomendaba el uso de guantes de nitrolo «de un solo uso en cacheos y de mascarillas».

    Sus recomendaciones fueron recibidas a nivel interno con atención, ya que Nieto es un funcionario con reconocido prestigio en el seno de la Policía. Pero era un mensaje que iba contra la corriente política.

    «No era políticamente correcto en ese momento», denuncian fuentes policiales. Lo difundió por correo electrónico entre los funcionarios cuando el Gobierno trataba de lanzar un mensaje relativizando el efecto del coronavirus.

    El Gobierno estaba ‘molesto’
    Pese a que le llegaron mensajes de lo molesto que estaba el Gobierno y consejos para que rebajara la alarma, mantuvo las recomendaciones y liberó 300.000 euros con los que adquirió 14.000 mascarillas y 22.000 pares de guantes para los agentes en puestos de más riesgo.

    El 31 de enero se detectó en España el primer caso de infección por Covid-19. Un mes después, el 27 de febrero, se celebró una reunión con el Ministerio de Sanidad, un miembro del equipo de Fernando Simón -director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias- y los responsables de prevención de la Policía y la Guardia Civil.

    Allí Nieto manifestó que, al igual que los sanitarios, las fuerzas del orden eran «prioritarias». No obstante, en esa fecha, Sanidad calificó a la Policía y a la Guardia Civil como personal con baja probabilidad de exposición al coronavirus.

    El 12 de marzo, José Antonio Nieto recibió un correo electrónico de su superior inmediato, responsable de la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales y Acción Social. En ese email se adjuntaba un archivo con «instrucciones Covid-19.doc», sin ninguna instrucción al respecto. Nieto intuyó que era un documento finalizado y que debía ser distribuido a la Policía. Así que le dio difusión a las jefaturas superiores.

    Acusado de filtrar un documento
    Esta difusión fue el motivo que los responsables de la Policía adujeron para cesarle, al entender que era un borrador y que no estaba firmado. Le acusaron de filtrar el borrador. Como defienden desde el Sindicato Unificado de la Policía, en el peor de los casos pudo haber confusión por parte del mando al entender que el documento ya estaba finalizado y era para su distribución. En ningún caso, una filtración.

    El sindicato calificó de «inconcebible» la decisión de la Policía en mitad de una crisis sanitaria como ésta. Nieto se jubilaba en tres meses.

    Son muchos los responsables policiales que entienden que el ministerio le «ha pasado factura» en la primera ocasión que ha tenido, por romper el discurso que en ese momento mantenía el Gobierno sobre los bajos efectos del coronavirus.

    «Para detectar posibles enfermos, varios aeropuertos de Australia, Estados Unidos y varios países asiáticos como Tailandia han comenzado a realizar controles médicos (por lo general una rápida medición de temperatura corporal en búsqueda de posible fiebre) a los pasajeros procedentes de China». Y recomendaba el uso de guantes de nitrolo «de un solo uso en cacheos y de mascarillas».

    Sus recomendaciones fueron recibidas a nivel interno con atención, ya que Nieto es un funcionario con reconocido prestigio en el seno de la Policía. Pero era un mensaje que iba contra la corriente política.

    «No era políticamente correcto en ese momento», denuncian fuentes policiales. Lo difundió por correo electrónico entre los funcionarios cuando el Gobierno trataba de lanzar un mensaje relativizando el efecto del coronavirus.

    El Gobierno estaba ‘molesto’
    Pese a que le llegaron mensajes de lo molesto que estaba el Gobierno y consejos para que rebajara la alarma, mantuvo las recomendaciones y liberó 300.000 euros con los que adquirió 14.000 mascarillas y 22.000 pares de guantes para los agentes en puestos de más riesgo.

    El 31 de enero se detectó en España el primer caso de infección por Covid-19. Un mes después, el 27 de febrero, se celebró una reunión con el Ministerio de Sanidad, un miembro del equipo de Fernando Simón -director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias- y los responsables de prevención de la Policía y la Guardia Civil.

    Allí Nieto manifestó que, al igual que los sanitarios, las fuerzas del orden eran «prioritarias». No obstante, en esa fecha, Sanidad calificó a la Policía y a la Guardia Civil como personal con baja probabilidad de exposición al coronavirus.

    El 12 de marzo, José Antonio Nieto recibió un correo electrónico de su superior inmediato, responsable de la Unidad de Prevención de Riesgos Laborales y Acción Social. En ese email se adjuntaba un archivo con «instrucciones Covid-19.doc», sin ninguna instrucción al respecto. Nieto intuyó que era un documento finalizado y que debía ser distribuido a la Policía. Así que le dio difusión a las jefaturas superiores.

    Acusado de filtrar un documento
    Esta difusión fue el motivo que los responsables de la Policía adujeron para cesarle, al entender que era un borrador y que no estaba firmado. Le acusaron de filtrar el borrador. Como defienden desde el Sindicato Unificado de la Policía, en el peor de los casos pudo haber confusión por parte del mando al entender que el documento ya estaba finalizado y era para su distribución. En ningún caso, una filtración.

    El sindicato calificó de «inconcebible» la decisión de la Policía en mitad de una crisis sanitaria como ésta. Nieto se jubilaba en tres meses.

    Son muchos los responsables policiales que entienden que el ministerio le «ha pasado factura» en la primera ocasión que ha tenido, por romper el discurso que en ese momento mantenía el Gobierno sobre los bajos efectos del coronavirus.»
    (Aquí termina la noticia en
    EL MUNDO (31/03/2020 01:13)
    FERNANDO LÁZARO/ Madrid)

    Un abrazo y feliz día

    PD: Sin interpretaciones sesgadas, sin silencios cómplices ni relatos interesados, por respeto a miles de fallecidos y a los profesionales de la Sanidad que se contagiaron en los hospitales y que fallecieron, llegado a este punto recuerdo que FERNANDO SIMÓN (responsable nacional de EMERGENCIAS…) minimizó públicamente la posible presencia de enfermos en España días antes de las multitudinarias manifestantes por toda España el día 8 de marzo…

    Reitero, feliz día…

  • ASCO: «Impresión desagradable causada por algo que repugna», es una de las definiciones que existen en el diccionario, como siempre, lo has bordado. Seguro que algún día nos desayunaremos con otro tufo, seguro. Recuerdo que en mi pueblo te anotaban en una lista, sobre todo en las farmacias, para llamarte cuando recibiesen mascarillas, tremendo.
    Como anécdota, pero real, mi mujer fabricó varias mascarillas con las cazoletas de los sujetadores, igual no estaban homologadas…Un saludo desde El Pinós. Me alegro de leerte.

    • Esa, amigo Jesús Berenguer, lo de las mascarillas con cazoleta de los sujetadores, no la había oído… pero describe mejor que nada lo que sucedió, el abandono de las administraciones en el apartado de la previsión y el abandono y rabia de la ciudadanía en aquellos primeros días/semanas para la gran mayoría… en tanto que esa «selecta» minoría ya estaba moviéndose para hacer lo que mejor saben: negocio del dolor y la desgracia ajena.. Abrazo.