Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Haciendo amigos

Lindos pulgosos

"Los autos locos", serie de dibujos animados de los 80.

Los autos locos, aquella serie de dibujos animados que veíamos los baby boomers en los 70 y 80, con el mítico Pedro Bello (una especie de premonición del futuro), la fascinante Penélope Glamour, los hermanos Macana, el barón Hans Fritz y el inefable Pierre Nodoyuna con su perro Patán, también conocido como «Lindo pulgoso», me ha venido a la cabeza por esto de la EASDA y su reciente plaga de pulgas. Voy casi a diario por esa zona en horario escolar y, la verdad, poco pasa. Ya el curso pasado un pobre hombre vivió todo el año entre cartones junto a la puerta del centro, una estampa de abandono que me inspiró un artículo en este mismo medio titulado «En la puta calle«.

Hoy la historia se repite, aunque con otro decorado. El entorno —siempre degradado, lleno de escombros, restos de obras, colchones, muebles y basura— vuelve a ser noticia. La diferencia es que esta vez ha provocado la interrupción de clases y problemas de salud, una situación tan absurda como evitable. A pesar de los esfuerzos y de las limpiezas periódicas que se realizan, el problema se reproduce. Y es que parece que los lindos pulgosos —esa fauna urbana que confunde la vía pública con un vertedero— piensan que se limpia solo para hacerles hueco a sus nuevas mierdas.

Las consecuencias no son solo trabajo extra para los servicios de limpieza: son centenares de jóvenes sin poder asistir a clase, sin poder trabajar en equipo, profesores que no pueden impartir sus materias con normalidad, fumigaciones y una ciudad que pierde imagen cada vez que ocupa titulares en la prensa nacional. Alicante vuelve a salir en las noticias no por su talento o su creatividad, sino por los montones de basura que rodean una escuela de arte. Lamentable.

Pero no nos engañemos: los culpables no son solo los que ensucian, sino también los que miramos hacia otro lado. Esos escombros que aparecen de la nada tienen dueños. Proceden de obras y reformas cuyos responsables deberían garantizar que los residuos acaben en lugares autorizados. Sin embargo, como nadie pide certificaciones ni controles, la picaresca se impone y el resultado está a la vista: solares convertidos en estercoleros y espacios públicos invadidos por restos de cemento, lavabos rotos y sofás viejos.

Lindo Pulgoso.

Solo hay que darse un paseo por el Llano del Espartal, la zona de la finca del Pino en Santa Faz o tantos otros rincones del término municipal para comprobarlo. Si lo hacen, les aseguro que les dará vergüenza. Cuando permitimos que eso ocurra, nos convertimos también en lindos pulgosos. Cómplices por omisión. Parte del mismo problema. Y así, entre la dejadez y la impunidad, seguimos degradando nuestra propia ciudad.

La solución es tan sencilla como usar los recursos que ya existen. El Ayuntamiento ofrece un servicio gratuito de recogida de enseres y comunicación de incidencias de limpieza a través del teléfono 900 729 729 o mediante WhatsApp (670 086 411). También está disponible el Ecoparque de la Avenida de Elche n.º 161 (Tel. 965 11 68 15) y los ecopuntos móviles que se instalan en distintos barrios a lo largo de la semana. No cuesta nada. Solo hace falta un poco de responsabilidad.

Así que la próxima vez que alguien piense tirar su silla rota o sus sacos de escombros al lado de un colegio, que recuerde esto: no hay excusas. Y si lo hace… ingresará en esa nómina de los lindos pulgosos.

Haciendo amigos, como siempre.

Pedro Picatoste

Empresario e historiador.

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