Unas 12 000 personas acuden a la primera edición de un festival de música pop, rock e indie que canceló su primer día por alerta roja meteorológica y coincidió en su segundo con un partido de la selección española de fútbol.
Chino filipino lo tenía la primera edición del Oasis Elche Music Fest para triunfar. Por un lado, la alerta roja decretada por el Ayuntamiento de Elche el viernes 10 de octubre a causa de la DANA Alice impidió que se celebrara la primera sesión de este festival de rock, pop y música indie. Una losa para un recién nacido que, a juicio de muchos expertos, entendidos y fans, tenía ese día lo más potente del cartel: Dani Fernández, Mikel Izal y Carlos Sadness.
Era lógico que la promotora, Producciones Baltimore, sacara la artillería el viernes vista la competencia del sábado: ni más ni menos que la selección española de fútbol, que jugó contra Georgia y ganó 2-0 en el Martínez Valero, y se llevó por el camino a muchos que entre la música y el fútbol, decidieron apostar por la Roja como plan de sábado. No obstante, ninguno de esos dos hándicaps pudieron con el Oasis: 12 000 personas, según las cifras de Baltimore, acudieron a la segunda y única sesión que se celebró y que tenía a Duncan Dhu y Rozalén como grandes reclamos para el público más generalista, y a Sexy Zebras y Siloé para los más indies.



Fotografías de Irene Salazar.
Había ganas de fiesta tras las lluvias en el parking de la Universidad Miguel Hernández y, tras un inicio animado a cargo de Xoel López, llegó Mikel Erentxun con Duncan Dhu y 40 años de oficio para levantar literalmente al público con Una calle de París, Esos ojos negros y. por supuesto, Cien gaviotas. Luego fue el turno de Rozalén, visiblemente emocionada por concluir en Elche su extensa gira de dos años. Le costó arrancar, perdida muchas veces en mensajes naifs y reivindicativos (Palestina atada al micrófono incluido), pero consiguió hacerse con el público gracias a su portentosa voz y a un final de concierto épico en el que literalmente se desmelenó con su banda.
Terminado el mainstream, la música que todo el mundo conoce, Sexy Zebras y Siloé pusieron la nota independiente (si hoy en día se puede catalogar así a esta música) con dos actuaciones cargadas de energía y temazos pese a las altas horas de la madrugada ante un público entregado.
También fue muy remarcable la apuesta por bandas emergentes tanto locales —como La 126—, como nacionales que entre concierto y concierto de los cabezas de cartel, amenizaban la espera con sus propuestas musicales. A destacar muy notablemente, el grupo extremeño Sanguijuelas del Guadiana que apunta muy alto en el panorama musical.



Fotografías Irene Salazar.
Oasis Elche Music Fest fue, en conclusión, un notable éxito visto el panorama con el que le tocó bailar, dejando en el aire la sensación de que no hemos visto todo el potencial al que puede llegar, y que trae la promesa de una segunda edición que los organizadores prácticamente han confirmado.
La consolidación del festival sería un punto más para Producciones Baltimore, que tiene ya
cubierta la primavera con el Spring Festival de Alicante, el verano con el Low Festival de Benidorm, y ahora el otoño con el Oasis de Elche. Le queda colocar uno por la Vega Baja en invierno y tendrá un festival por cada estación en la provincia.












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