Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Historia

Palabricas de nuestro pueblo

Aspe (Fuente: Ofician de Turismo del Ayuntamiento de Aspe).

Los modismos o las frases hechas forman parte de la idiosincrasia de un pueblo, de un municipio, de la gente. Reflejan cultura, reflejan historia o experiencias de una comunidad o de una vecindad. Nos gusta Aspe, somos aspericos; por tanto, qué vamos a deciros. Por los cuatro costados lo respiramos y lo compartimos puesto que seguimos siendo un pueblo, por mucho que crezca en número de habitantes; continuamos siendo una villa variada y rica en vestigios históricos, que no se contraponen a una arquitectura modernista y contemporánea; permanecen nuestras raíces lingüísticas también como referente particular, natural y singular que nos caracteriza.

Y, hablando de enunciados, hasta incluso aquella expresión popularizada de “que venga quien quiera menos gente de Aspe” popularizada en Hondón de las Nieves y que pueda parecer peyorativa, no lo es. Nos distingue y refleja un pasado de recaudadores de tributos que nos pertenece.

Os compartimos un imaginado texto en el que encontraréis algunos ejemplos de palabricas de Aspe. Ojalá os deje solaje de buen sabor tras su lectura…

“Ha llegado el calor y, con él, el veranico. A la mañaquería ya les han hecho el punto y disfrutan de su descanso, alborotan al gentío y están enjugasaos en todo momento. Alguno se llevará un carchote bien merecido; es que no miran na. 

El otro día el mañaco de la Reme no paraba de argunsarse en el parque con tal brío que yo le miraba y me decía: “Verás tú, como el tronchocol del niño termina en el barrón y con una revencijá en la vesícula del hombro que lo dejará amargaico durante un buen tiempo”. Pero ¿es que la perifolla de su madre estaba acocotá? ¡Qué va! Miró al niño con un sermeño que me daban ganas de espolsarles a una y a otro. A poner bolsos los llevaba yo a los dos para que supiesen lo que vale un peine. Bien es verdad que dicen de ella que tiene dulzor en la meá; por ahí se libra la mujer y, quizás, por eso no hace ni la fregasa en su casa.

Ay, bueno, a ver si llega mi cuñaico que nos vamos de jira con la familia al campo. Mi cuñado, que no es él manifacero ni na; se llevó sin decir nada (otro de los que prefieren pedir perdón que pedir permiso) mis apargates y luego me dice a mí que soy un novachero, que me paso el día en la ventanica. Él sí que es un trapisonda desde que llega hasta que se va; menudo es y lo que le gusta festear; que se lo digan a mi hermanica.

Mientras voy a pillar trama que creo me queda en el alsaorico. Ay, no me acordaba que tenía unos abercoques ricos de la huerta junto a la alcusica. Qué hambre… Uy, esta maceta cómo está de seca; voy a arrujarla un poquico. Uh, si no, la baldosa de debajo; madre del amor hermoso, qué resquebrajada que está. Mejor no miro nada más y me vuelvo a mi ventanica.

Hala, ya está el mañaco de la Reme en los caballicos tan privao. Si no son para su edad. Uh, y encima empieza a sernir; mejor me doy prisa en tirar la brosa antes de que se me moje mi viso
nuevo que me para muy requetebien”.

Expresiones y significados:


Acocotá – angustiada y superada por el trabajo y las preocupaciones.
Abercoques – albaricoques.
Alcusica – aceitera. Según la casa y la familia así era su forma y su capacidad. Casi siempre de lata y pringosa por el rezume del aceite. Su complemento era “la mesura” para medir y alambricar la cantidad de aceite que necesitaba cada guiso.
Apargates – alpargatas.
Argunsan o argunsarse o angunsaera – columpiar o mecer.
Arrujar – esparcir agua con la mano o rociar.
Alsaorico – despensa, alacena, normalmente colocada en el hueco de la escalera.
Asperico – Aspense. Se utiliza con tono irónico o amistoso remarcando la terminación –ico como una de las características principales que definen el habla de Aspe.
Baldosa – ladrillo fino para solar.
Barrón – borde de la acera.
Bolso – funda de papel para proteger los racimos de las uvas.
Brosa – basura.
Caballicos – tiovivo.
Carchote – bofetada en la nuca, calbote.
Dulzor en la meá – exceso de azúcar en sangre, diabetes.
Enjugasao – distraído, con poca responsabilidad, considerando los hechos como si fuera un juego.
Espolsar – sacudir, desempolvar.
Estufar – salpicar, enfadar, despachar.
Festear – galantear, cortejar, festejar.
Fregasa – conjunto de objetos que hay que fregar.
Haser el punto – día que dan las vacaciones escolares.
Jira – banquete o merienda campestre. En Aspe el “Último Jueves” antes de entrar en Cuaresma.
Manifacero – que todo lo toca, metomentodo.
Mañaco – niño.
Mañaquería – niñería.
Novachero – espía, curiosón, mujer que normalmente espía por detrás de las persianas sin ser vista. También se aplica a quien pretende saber o averiguar de una conversación o encuentro de algo que no le concierne. “¿Qué? ¿De qué habláis?”.
Parar – quedar.
Perifollo – persona que va muy arreglada, adorno ostentoso, mujer que viste al margen de la moda sin armonizar colores y telas, sermeño.
Privao – estar contento.
Revencijá – torcedura, tirón, golpe.
Sermeño – eufemismo aplicado a la persona que muestra signos evidentes de tontuna o alardes de narcisismo.
Sernir – cuando la lluvia cae tamizada, suave, casi sin poder apreciarla.
Solaje – poso, residuo.
Trama – frutos secos tostados.
Trapisonda – liante, recadero que lleva y trae secretos y decires que alardea de saber y propaga las intimidades de otros.
Tronchocol – expresión despectiva, pusilánime, blando.
Vesícula del hombro – clavícula.
Viso – enagua.

Fuentes bibliográficas

  • Aspe: isla lingüística, Jose Antonio Galváñ Botella y Francisco Pedro Sala Trigueros. Instituto Alicantino de Cultura “Juan Gil Albert”, Diputación de Alicante, 2002.
  • Biblioteca Municipal de Aspe.
  • Compañeras/os del centro de día El Puente, en especial Pepa, su familia y sus amistades.

Asociación pro personas con discapacidad de Aspe

La Asociación Pro- Personas con Discapacidad de Aspe es una entidad sin ánimo de lucro fundada en 1975 por familiares de personas con discapacidad de Aspe por la ausencia del servicio de atención social en la población.
APDA tiene como finalidad aumentar la calidad de vida de las personas con discapacidad y de su entorno que, por diferentes circunstancias, tienen dificultades para desarrollar una vida normalizada con la misma igualdad de oportunidades que la mayoría de los miembros de la comunidad.

Esta asociación posee una personalidad jurídica propia y capacidad plena de obrar para administrar y disponer de sus bienes y cumplir los fines que se propone.

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