Ser abuela o abuelo sentí la semana pasada, aquí mismo entre palabras y sentimientos, alejado de biberones y del deleite de empujar un carrito de bebé, risueña sonrisa eterna y mi corazón se abrazaba a un clarinete feliz… Mis labios, mis dedos, mis pensamientos sienten alegría.
Hace apenas cuarenta y ocho horas, sábado, hace apenas dos días, despertaban las calles. Abrí el ventanal que mira siempre al sur. Vi el calor sofocante, alicantino. Escuché al azul infinito de la tierra donde nací a esta vida, al sur del sur alicantino, hoy aquí en tierras cántabras. Castro Urdiales, paraíso verde, acogedor, pero invadido a ratos, los fines de semana más, por gente extraña.
Cantaba un ave alegre, y otra y otra y otra… que iban y venían del mar. Sobrevolaban la plaza verde donde dibujaban piruetas. Y voló hasta mi mente un lema inmortal, siempre actual, de un genio creador, comprometido con sus palabras y acciones, Joan Manuel Serrat, el cantautor juglar, amable y humano: “Cada loco con su tema; contra gustos no hay disputas. Artefactos, bestias, hombres y mujeres; cada uno es como es, cada quien es cada cual, y baja las escaleras como quiere”.
Caminos sin fronteras
Y proseguía la voz del juglar: “Pero, puestos a escoger, soy partidario de las voces de la calle más que del diccionario. Me privan más los barrios que el centro de la ciudad. Y los artesanos más que la factoría. La razón que la fuerza, el instinto que la urbanidad, y un siux más que el Séptimo de Caballería. Prefiero los caminos a las fronteras (…) Prefiero volar a correr, hacer a pensar, amar a querer, tomar a pedir. Antes que nada, soy partidario de vivir (…)”.
De Uruguay a Mariona
Entonces, sentado en el sofá, acariciaba el teclado del ordenador, escribía aquí, detuve un instante los dedos, y pulsé el interruptor que enciende la televisión. Pestañeo fugaz del negro a la vida. Apareció un reportaje de humanidad: misioneros salesianos en una escuela en Uruguay. De seguido, en otro pestañeo invisible, vi gente humilde en Costa de Marfil… Misioneras y misioneros con niñas y niños, cientos, miles, rebosantes de vida. Sonrisas. Ojos tristes, otros alegres, la mayoría risueños. Contagiados por la felicidad de misioneras y misioneros.
Tenis y fútbol. Magia y disfrute. Vi en acción a Carlos Alcaraz feliz, magia y raqueta de tenis, creatividad, atrevimiento y osadía, destreza aprendida con la ilusión, día sí y día también durante años, desde la infancia. Disfrute nos ofrece a borbotones el murciano. Y vi alegría en la mallorquina Mariona, futbolista nacida en Felanitx. La admiro por su humildad inteligente, campeona ahora de la Champions con el Arsenal londinense.
Campeona Mariona antes también con el FC Barcelona y con la Selección Española. Mujer valiente, vencedora de egolatrías insatisfechas, de boicoteos derrotados, igual que superó con astucia y paciencia Montse Tomé feliz, seleccionadora de España, campeona del Mundo en Australia. Mallorquina y asturiana, mujeres risueñas, felices, superaron zancadillas y mentiras, muy felices hoy. Humildad y esfuerzo, ejemplo son Mariona y Montse para miles de niñas y niños. ¡Qué alegría siento! Vale (cervantino).
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Joan Manuel, Carlos Alcaraz, misioneros y misioneras, Mariona y Montse… Partidario de vivir… Siempre quijotesco. Vale.