Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Opinión

Crónicas desde el Kronenhalle: ¿sobra Feijóo?

Feijóo anunciando una manifestación nacional en Madrid para este sábado 8 de junio (Fuente: Partido Popular).

El líder del PP no ilusiona y el partido parece haber llegado a un tope inamovible a pesar de la avalancha de casos de corrupción y desgobierno que asolan a Pedro Sánchez. Admitámoslo, Feijóo es un tipo aburrido, carente de discurso cultural y, como él se ha encargado de mostrar, cercano a  posiciones socialdemócratas y al nacionalismo identitario. Por ejemplo, en Galicia, don Alberto impuso una campaña (21 días en galego e mais) que buscaba la erradicación del español en los niños a modo de revolución cultural maoísta y, actualmente, ahondan los populares en su campaña de galleguización con el  Pacto pola Lingua Galega que se parece mucho al que han hecho los catalanes con Salvador Illa. En el frentista Pacto del Tinell, socialistas y separatistas firmaron ante notario el ostracismo de la derecha; ahora, con el Pacto Nacional por la Lengua (la catalana, claro) dejan fuera a más de la mitad de la población por hablar la equivocada. Pero Feijóo, en lugar de ir a visitar a la sociedad civil constitucionalista (SCC, Impulso Ciudadano, S’ha acabat o AEB, entre otros) se postra mendicante en círculos de economía o ecuestres mientras en Cataluña siguen en barracones cientos de colegios sin que se denuncien las políticas independentistas que cuestan más de 1100 millones de euros al año, como demostró Francesc Trillas del PSC.

Por otro lado, el potencial votante del PP tiene muy difícil, a día de hoy, defender ante su cuñado que Mazón siga en Valencia y, ante sí mismo, que González Pons sea el Richelieu que adoba todas las decisiones votando siempre en Europa de la mano del Partido Socialista mientras se muestra cariñosamente acogedor con el fugado e impecablemente democrático Puigdemont. En el inminente congreso, este correlindes debería quedar como Tania Sánchez oculto por una columna, si es que las hay del fuste necesario para tapar a tan voluminoso intrigante.

Para potenciar al alicaído PP, que sigue pensando que votamos una hoja de Excel, nuestro plúmbeo líder encarga la batalla política del próximo congreso a ¡Moreno Bonilla! El infante don Juan Manuel, el marido perfecto que oculta su vicio en el casino, se gasta el dinero de los andaluces en promover ese adefesio llamado lengua andaluza, que ni existe ni se puede normalizar salvo que queramos acabar con los bellos acentos de sus provincias y pueblos. Moreno, tan planchadito él, elimina olivos centenarios para colocar placas fotovoltaicas como un talibán del cambio climático a la vez que Europa subvenciona la plantación de olivos en Marruecos. Bonilla, tan educado, converge con la izquierda en mantener la ideología de género en colegios y coincide, no sabemos bien con quién, en la defensa de Blas Infante, un converso al islam que renunció a su nombre cristiano por Ahmed y añoraba un Al Ándalus nuevamente musulmán. Vaya modelitos nos cogen el Bonilla, el Moreno y el infante para vestir a los deslucidos populares. Por no hablar de su comadre de Extremadura, la Guardiola, que competía en feminismo radical con la insufrible Irene Montero y también tiene papel protagonista en el necesario congreso.

No, el PP no engancha, y no lo hace porque con estos mimbres se hace un cesto de mierda, porque no tiene una política nacional y, donde hay más de una lengua, marginan a los que hablamos español, como hace Marga Prohems en Baleares o Alfonso Rueda en Galicia o, más taimadamente, Mazón en Valencia con su recomendación de dejar para el español sólo las matemáticas y el valenciano para las que más carga lingüística tienen, al margen de la elección de los padres. El PP no entusiasma porque no se sabe qué piensan sobre el fenómeno de la inmigración, porque no ha sido capaz de plantear una verdadera política de separación de poderes y defensa de la independencia judicial, porque sigue financiando con los presupuestos asociaciones, sindicatos y chiringuitos parasitarios, porque no ha defendido la agricultura ni la ganadería ni se opone en Bruselas a tanta normativa y burocracia.

El PP no es de fiar porque no ha formado un equipo de gobierno en la sombra que dé respuesta a cada desliz del ecosostenible gabinete sanchista y plantee medidas concretas a cada problema, porque no ha sido capaz de mostrar iniciativas contundentes de reducción del estado, de eliminación de duplicidades, de erradicación de organismos innecesarios o de control de las políticas sociales y de fiscalización del paro verdadero, porque no sabemos qué van a hacer para solucionar la falta de vivienda o mejorar la seguridad pública y la integración de comunidades que no aceptan las normas generales de convivencia, porque no sabemos si creen en España y en la libertad.

Pero el PP tiene algunas mujeres que destacan por encima de sus pares, entre ellas sobresale por su sentido político Isabel Díaz Ayuso, cuya gestión la avala como un valor seguro y quizá don Alberto, consciente de esto, debería conformarse con ser el líder de la transición a la victoria y ceder en el congreso los trastos a esta valiente mujer para que comparta liderazgo con otras como Cayetana o Esther Muñoz que sí muestran un perfil reconocible y frontalmente opuesto al autoritario y populista PSOE que nos aflige. En política no hay espacios vacíos, el hueco que no ocupas tú lo llena otro, por eso es tan importante la batalla de las ideas que engloba el relato histórico, la economía, el modelo de Estado, las políticas energéticas y ambientales, la agenda feminista o la misma idea de España. ¿Qué mayor bofetada a la dañina ideología de género que presentar una mujer, verdaderamente competente,  con opciones serias de presidir el país e incondicionalmente militante contra esta plaga? Nuestra Meloni, sí. ¿Saldrá un PP liberal de verdad o seguiremos con esta versión fofamente socialistoide de unos populares preocupados sólo en que no les vean con los de VOX?

Postdata: He sido capaz de terminar el artículo sin poner empoderada ni resiliente, no es mérito menor.

Miguel Ángel Robles

Miembro de la Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística, integrada en Escuela de Todos.
Licenciado en Educación Física; master en gestión deportiva; exconcejal del Ayuntamiento de Orihuela.
Fue preparador físico del Orihuela Deportiva en 2ªB, entrenador de base de baloncesto y actualmente ejerce como profesor en el IES Thader de Orihuela.

1 Comment

Click here to post a comment