Tenemos talento y gente que se queda a demostrarlo aquí. Esto tiene su aquel.
Así, a bote pronto, me parecen muy buenos los proyectos de ese grupo de jóvenes cuarentones arquitectos encabezados por Andrés Silanes y Fernando Valderrama que, con su equipo de subarquitectura, han hecho la rotonda de Sergio Cardell (Quesos), el proyecto del Rico Pérez (parcialmente hecho ), el hotel Santacreu de Tabarca, las oficinas de Facephi, los trabajos en marcha de la Cámara de Comercio, todo eso además del paseo del litoral por la Cantera, el proyecto Casa de la Curva en La Coveta y la Casa Aliforniana.
Esta Casa Aliforniana es una realidad ya donde se han atrevido a rendir homenaje a las case study houses californianas, entendidas como una manera de vivir hedonista, abierta, desprejuiciada y optimista, basada en el disfrute de la climatología alicantina y en la vivencia fluida con el espacio exterior, donde “la arquitectura aparece ligera, porosa y sofisticada: estructura metálica apoyada en muros de hormigón, paños correderos de vidrio que generan múltiples reflejos, elongados voladizos hacia el sur alistonados de bambú para propiciar una sombra agradable y controlada. La vida transcurre en una única planta, suma del exterior y del interior, donde la piscina recrea de manera natural una auténtica playa con palmeras, rocas y arena, incorporándose sin solución de continuidad al baricentro del hogar: cocina-comedor-salón”. Esto dicen sus creadores y el resultado es espectacular como reflejan las fotos de Fran Álvarez.
Casa Aliforniana.
Casa de la Curva Coveta (Imagen de Subarquitectura).
También me han parecido buenísimos los trabajos de Arturo Calero y Sonia Miralles para el Mercat de Sant Joan d’Alacant que están a punto de comenzar allí, con los desvelos de Manolo Nieto. El proyecto es muy bueno, así como lo fue su propuesta para el Palacio de Congresos de Alicante en el puerto que al final se llevaron otros. Cosas que pasan en Alicante.
Mercado de Sant Joan d’Alacant (Imagen: Arturo Calero y Sonia Miralles).
Pero aquí hay talento en todos sitios. Me parece talentoso lo poco que queda de la artesanía en algo tan nuestro como los helados. Destaco, tras la hecatombe subjúdice del Peret, la pervivencia de sitios donde todavía te puedes pedir un Coyote o un bollo con corte y, por nombrar uno, la heladería de Benalúa, A. Sirvent, también el icónico lugar de peregrinación que es la horchatería Azul donde rebosan tanto sabor y simpatía que da gusto ir.
Y en este sentido, es muy destacable el trabajo de una arquitecta del helado artesano, Belén Pallarés, que desde su Livanti ha sido capaz de innovar en este mundo del helado artesano con sabores y fusiones como el helado de Sicilia y el de Alicante, buscando ingredientes allí donde se encuentren para ofrecerlos aquí, en la terreta, en su único local en pleno centro, en el pasaje calle Muñoz, que va de la calle Mayor a San Nicolás. Enhorabuena, son los mejores sabores para mi gusto ahora y así lo reconoce el Solete Repsol que tiene como heladería y que solo ella y Azul poseen en la ciudad.
Fuente: Livanti.
Me parece talento el que imprime Carlos Bosch a sus locales; nos enseña cada día cómo se pueden hacer las cosas para elevar el listón, para ofrecer calidad y buen gusto y diferenciarse del comedero que reina tristemente por nuestras calles y plazas. L’Arruz, de José Enrique Penedo me parece un lugar también con talento, un sitio honesto donde comer o cenar sin ser desvalijado y con un producto muy de aquí, Km 0 y fresco. Teselas, con Lola Peña al frente, está sabiendo poner el tal vez mejor lugar de Alicante, con esa terraza sobre la Explanada, a la altura que esta ciudad necesita.
Es talento lo que hacen en el Flamingo de la Playa San Juan conservando la delicia generacional de las patatas Strogonoff como nadie. Echo de menos Los Botijos pero todo pasa y todo queda…
Es talento los arroces del Playa en Santa Pola o de Casa Mariano en El Campello, se perdieron los de Gavilá en Denia (tragedia) y quedan algunos en el Dársena de Antonio, el Caldero de Casa Gloria en Tabarca, etc. Habrá otros pero no los conozco bien.
También es talento, para mí, tener todavía un cine de verano (que siempre he pensado que en verano debería haber uno en plena calle en cada barrio) como la Esperanza en San Vicente o el cine Costa en la playa San Juan, donde me encanta eso de ver una peli rodeado de edificios que encienden y apagan las luces de las escaleras y también la amabilidad de sus trabajadores.
Fuente: Picatoste.
En fin, cosas de esta tierra que me parecen destacables y defendibles y con las que seguiré en próximos artículos porque me van a llamar y a recordar bastantes cosas de esto del talento que se queda aquí. Haciendo amigos.
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