“Mientras tú andas distraído, la vida se apresura; entretanto, llega la muerte, y ante ella, quieras o no quieras, será necesario que te desprendas de todo para recibirla”, nos alerta el pensador nacido en Córdoba.
Sigo cada día con mi feliz hábito de “antes de acostarme, aprender una cosa más”. En el lenguaje de los sentimientos lo hice primero, cuando nadaba en el plácido lago maternal, y luego aprendo, ahora todos los días, cómo con los sentidos, mis sentimientos y acciones, desde que mi cabecita atrevida, osada e inconformista, descendió por un precipicio estrecho hasta divisar la luz. Cierto que salí a este mundo más tangible con ganas de vivir. Pongo por testigo a mi amada madre: “Pedro Jesús, naciste en un parto de ocho meses”.
Si os parece aprendamos, una vez más, del pensador, escritor y estatista, político, Lucio Anneo Séneca (Córdoba; fallecido en Roma, 65 d.C.), según los historiadores influenciado por Sócrates, Platón, Epicuro, Zenón de Citio, Ovidio, Virgilio, Eurípides y más, filósofo que hizo de la síntesis de pensamientos y de la diversidad ideológica una de sus guías, leyes en su vida, desde la tolerancia y el respeto al oponente con tesis distintas que estudiaba y debatió.
Obvio es que si elijo hoy a Séneca es porque La Ética, con mayúsculas, ocupa un lugar preeminente en su creación literaria… De Sobre la Felicidad (Edaf y Morales, S.A.; México DF, 1997), comparto hoy, en esta Hoja del Lunes de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante (APPA), el siguiente capítulo:
“No hay motivo para pensar que cualquiera ‘haya vivido’ largo tiempo porque le salieran canas o porque lo veamos con la cara arrugada; éste no vivió largo tiempo (no te confundas en la generalización), sino que estuvo largo tiempo en la Tierra”.
La vida es como navegar
Y Séneca prosigue con sus sentencias:
“¿Piensas que navegó mucho aquel a quien una terrible tempestad arrancó del puerto, llevándolo de un lado para otro, y que luego, empujado por la fuerza de vientos encontrados y furiosos (sentimientos y acciones), avanzó hasta la tierra, moviéndose siempre por los mismos espacios. Porque éste último no es que navegase mucho, sino que fue zarandeado mucho”.
El tiempo, la joya más valiosa
Séneca argumenta que existen
“hombres muy importantes que reciben pensiones anuales y cambian por ellas su trabajo, sus servicios y su atención; nadie valora el tiempo. Usan de él (el tiempo) con amplitud ilimitada como si no valiera nada. Pero observa a esos mismos cuando están enfermos cómo se abrazan a las rodillas de los médicos si han sentido más cercano el peligro de la muerte; si temen ser condenados a muerte, los verás dispuestos a gastar toda su fortuna para seguir viviendo. ¡Tan grande es la inconsecuencia de sus sentimientos”.
E intuye, Séneca, una crucial norma de vida:
“Así pues, resulta sencillo administrar ese tiempo que tenemos, aunque sea muy corto; éste debe conservarse con sumo cuidado, porque no sabes cuándo se ha de acabar, y tampoco hay razón para que pienses que éstos desconocen el valor tan extraordinario que tiene esa cosa que llamamos tiempo”.
Plano secuencia de la película Creation (2009) sobre la vida de Darwin (Fuente: BBC Films).
Les comparto esta escena de la película inglesa Creation, con Paul Bettany en el papel del naturalista inglés Charles Darwin y Jennifer Connelly como su esposa, Emma Darwin. La historia trata el regreso del largo viaje de Darwin en el que desarrolló su teoría sobre el origen de las especies y la incomprensión por parte de la sociedad e incluso de su propia esposa, profundamente religiosa, que veía con miedo una obra en la que se negase la creación del universo por parte de Dios.
Nadie detiene a la vida
Séneca alerta:
“La vida seguirá adelante desde que comenzó a ser vida, y no retrocederá en su camino, ni se detendrá: ni un ruido siquiera, nada te advertirá de su velocidad; se deslizará suavemente, callada. No se prolongará más porque se lo mande un rey, ni por el favor del pueblo. Como se le ordenó desde un principio, así lo recorrerá; nunca se desviará y jamás sufrirá un retraso. ¿Qué se le va a hacer? Mientras tú andas distraído, la vida se apresura; entretanto, llega la muerte, y ante ella, quieras o no quieras, será necesario que te desprendas de todo para recibirla”.
“Vivimos no según nos dicta la razón”.
“En nada, (…), hemos de poner mayor empeño que en no seguir, según acostumbran las ovejas, al rebaño que va delante y que caminan, no por donde se debe ir, sino por donde va todo el mundo. Porque ninguna cosa nos proporciona mayores desgracias que aquello que se decide por los rumores: convencidos, además, de que lo mejor es aquello que ha sido aceptado por la mayoría de la gente, y de éstos tenemos muchos ejemplos; vivimos no según nos dicta la razón, sino por imitación. De ahí ese amontonamiento tan grande de los unos que caen sobre los otros. Es lo mismo que sucede en las grandes aglomeraciones de hombres, cuando la multitud se comprime contra sí misma de tal manera que no cae nadie sin que arrastre a otros tras de sí, y a la caída del primero siguen las de los demás”.
Y argumenta:
“Puedes comprobar cuando quieras que lo mismo sucede en todos los órdenes de la vida; nadie se equivoca solamente para él, sino que es causa y autor del error de los demás. Perjudica, pues, ser arrastrado por los que van delante, y mientras cada uno prefiere mejor confiarse que juzgar, jamás se medita sobre la vida, y siempre se cree en los demás”.
Vale (cervantino).
El tiempo es oro, que diría Séneca. La inmensa mayoría de la gente lo dilapida en busca de dinero y otras sandeces, como el poder. Gracias, Pedro, por este regalo senequista que nos has hecho esta semana. Un fuerte abrazo.