Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Poesía Sociedad

La invitación de don Ramón Gómez Carrión

Imagen realizada con la IA Copilot de Microsoft Bing.

Mi nuevo libro (fabricando su presencia) ya tiene nombre: Campo a través. En él, deseo relatar pinceladas de una vida que transcurre a través de una historia cosida, a veces hilvanada, a los miles de sucesos que transcurren segundo a segundo, hora a hora, día a día, año a año. ¡Cielos, qué largo me lo habéis fiado! Estoy recordando cómo fue mi vida, mi niñez que me contuvo, las emociones vividas, al menos las que perduran a pesar del tiempo, contadas en forma de poemas, lo que confiere al hecho la consiguiente dificultad.

Te recuerdo madre.
Eras joven.
Manos adelante.
Alegría de charlestón.

El libro, en potencia, ahí está en el almacén del ordenador (ese compartimento que guarda, diría mejor “resguarda”, memorias de todo tipo. Unas en forma de poema, otras como un relato en prosa).

Estaba en mi despacho cuando aparece en el móvil un número desconocido acompañado de un “tono”. Ya se sabe, “tararí-lararí-tararí-lariró”. El número no lleva identificación. Contesto: ¿Quién es? Pregunta escueta (Dicen que soy un tanto arisco. Lo cierto es que lo soy, porque me gusta muy poco hablar por teléfono, digámoslo con franqueza). No lo puedo evitar. Soy un tímido de libro de psicología, capítulo tercero, fragmento veinticinco. Que sí.

Al otro lado una voz agradable y decidida: “soy Ramón Gómez Carrión”.

“¡Cielos! Don Ramón!” (Acababa de leer un magnifico artículo suyo publicado en la Hoja del Lunes). Casi me ocurre como cuando, en la “mili”, estando de guardia en la Clínica Naval del Arsenal de Las Palmas, llamó por teléfono el mismo señor almirante de la zona. De la posición de “sentado” di un salto y me puse tieso como un palo. No logré razonar que el señor almirante estaría en su despacho y que aún no se habían inventado las video-llamadas.

Don Ramón, cordialmente, me invitó a tomar un café. Ciertamente que no di un salto como aquel dado como marinero de primera, pero poco me faltó. Por la categoría de quien me hablaba al otro lado. Escribía sobre ese último proyecto de poemario.

Un gran vacío. Un vértigo de memoria oscurece el pasado.
Un tiempo ya muerto
que golpea como nostalgia.

Efectivamente, el día acordado, a la hora acordada, me encontré personalmente con Gómez Carrión. Se presentó como un hombre amable; como un periodista a punto de entrevistar a su personaje. Y comenzamos a dialogar. Inició a pasar las páginas de mi vida, las conocidas por publicadas. Alternaba con episodios de la suya, contada siempre en segundo plano. Hasta que me pudo, con su afable oratoria, y descabalgado del “Don”, mantuvimos una charla agradable en la que demostró su cualidad de periodista. Éramos dos señores mayores, tomando un café y un agua, y que hablaban de sus cosas.

Leo a Gómez Carrión con gusto en cada Hoja del Lunes, comparto normalmente sus opiniones y, también, algún amigo. Hablamos, cómo no, de la Hoja del Lunes, del perdido y no olvidado diario La Verdad, de aquel Primera Página de corta andadura. La Verdad y Primera Página eran el amparo de la progresía en un tiempo en que la Dictadura acechaba. Hablamos de nuestras vidas… Y recordé ese último poema de mi libro:

Más allá de la tarde
todo se vuelve nostalgia.
Anochece alrededor de los árboles
gigantes
y alrededor de la balsita azul,
redonda y dulce.
…/…

Gracias Ramón por ofrecerme tu amistad y tu amable invitación.

Francisco Más-Magro Magro

Alicante (San Blas) 1946. Médico Gerontólogo.
Miembro de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, de la Asociación Gerontológica del Mediterráneo y del Ateneo Cultural del COMA. Ha publicado en diferentes revistas de poesía y prensa diaria, así como cuatro libros de índole histórico y biográfico y otros cuatro poemarios.
Es un médico que escribe.

1 Comment

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  • Gracias, Francisco, otro médico que escribe como un ángel y al que leo, con gusto, en la ‘Hoja’ y en sus libros. Un abrazo.