Una publicación de la Asociación de Periodistas de la Provincia de Alicante

Trescientas... y pico

Camps, Castedo, Mazón, Medicina… o cuando el pasado es el futuro

Sonia Castedo (Fuente: COPE).

Hay quienes creen que todo lo que nos sucede ya pasó antes de alguna manera. Que todo lo escrito y creado, todo lo construido, ya fue escrito, creado o construido anteriormente. Por eso debe ser que algunos miran al pasado para tratar de resetear el futuro. Ahí están, asomando el hocico de nuevo, viejos personajes de los que creímos nunca volveríamos a saber ni avergonzarnos. Francisco Camps y Sonia Castedo anuncian pelea, mientras que Carlos Mazón, necesitado de pisar tierra firme y hecho un lío con el presente, parece que solo hace mirar atrás para abrirse camino.

Que el pasado es señal de futuro debe pensar Francisco Camps, el expresidente de la Comunidad Valenciana “indultado” por los tribunales de sus amistades peligrosas con Álvaro Pérez “El bigotes”. Y eso mismo parece ha concluido la excaldesa de Alicante, Sonia Castedo, tras sus largos años de silencio impuesto por jueces y fiscales y que ahora, también “indultada” y absuelta por esos mismos tribunales, ha acudido solícita y pendenciera a la llamada del jefe Camps para que le acompañe en el camino de expiación, regreso y reconquista que se anuncia con trompetería.

Ambos, según informaciones recientes, ya están de regreso en el partido en el que lo fueron casi todo. Y, como era de esperar en el manual de instrucciones de estos casos, ya están pergeñando un calculado ajuste de cuentas en tanto la ocasión lo permita. Como primer paso, una vez absueltos judicialmente, han pedido carnet. De Camps, siempre melifluo como es él, no sabemos mucho más de lo poco que ha contado, que lo habría llamado el mismísimo Feijóo (Alberto para los amigos) para felicitarle (no sabemos si para algo más), pero de quien sí sabemos ya bastante más es de Castedo.

Según reportaje de Lucas Marco en eldiario.es, citando a su vez una entrevista en El debate a la propia Castedo, ésta, fiel a sí misma, ya marca territorio. Y lo primero era dejar claro quién ha tenido la delicadeza de levantar el teléfono para felicitarla y quién no ha encontrado aún hueco en su agenda para preguntarle como se siente. Tras señalar que Mazón sí lo hizo, los dardos apuntan directamente al hoy alcalde de Alicante y compañero de partido, Luis Barcala.

Francisco Camps (Fuente: La Sexta).

Y como primera muestra de que donde hubo siempre queda, un botón. Gustará más o gustará menos, pero ha quedado claro que el viejo estilo con ribetes barriobajeros, directo y al hígado, el manual de premiar a los aduladores y despreciar a los que confrontan y no obedecen, sigue muy vigente: “Podría ser muy cruel y dar a conocer conversaciones que yo he tenido con él (con Barcala, se entiende), pero no lo voy a hacer”, avisa la excaldesa. “Él —por si quedaban dudas— está donde está porque yo lo puse en el Ayuntamiento y su manera de pagarme es esta. El día de mañana, tarde o temprano, va a tener que volver exactamente al mismo sitio del que salió y por cierto, del que yo le saqué”. No está claro que Castedo pueda consumar su venganza, ya lo dijo Heráclito, que la misma agua nunca pasa dos veces por el mismo río, pero seguro que a Barcala le va a costar a partir de ahora un poco más conciliar el plácido sueño en el que anda sumido últimamente.

Y como casi nunca hay dos sin tres, no solo son ellos dos —Camps y Castedo— y su pandilla de jóvenes-viejos aduladores con cuentas que hacer pagar, los que intentan hacerse sitio a codazos viniendo directamente del pasado, sino que otros que dijeron venían a mirar hacia delante, pareciera que no hacen más que girar la cabeza para tratar de hacerse sitio en el complicado firmamento del presente. ¿Cómo interpretar, si no, el extraño y vengativo gesto del presidente del Consell, Carlos Mazón, torpedeando otra vez en los tribunales los estudios de Medicina en la Universidad de Alicante (UA) en maniobra que recuerda en demasía el modo como ya lo hiciera su propio mentor Eduardo Zaplana?

Alguien debe haberle recordado que el tal Zaplana empezó a sentar sus reales justo el día que decidió arrancar a machetazos los estudios de Medicina a la UA para entregárselos en bandeja de plata a la nonata Universidad de Elche. Y que fue a partir de entonces, pintando rayas en el suelo entre aliados y enemigos, derribando puentes (que se lo recuerden sino al diario Información de Alicante) cómo su figura política emergió más allá de las fronteras de la comunidad que regentaba.

Mazón, pobrecito, debe pensar que andaba necesitado de un golpe de efecto para tratar de asentar su débil figura política. No contento con destruir toda herencia política del Botánic, que de eso parece va mayormente su obra de gobierno, ha debido llegar a la conclusión de que imitar al padre era el único camino. Como entonces sucediera con Zaplana, no importan ahora los daños colaterales, ni la gravedad de la herida reabierta, lo de ahora sería tratar de extirpar la semilla de aquel trágico suceso. Otra venganza con retardo. Otra vez los estudios de Medicina de la UA como espadón.

Son, en definitiva, tres personajes —Camps, Castedo y Mazón— a los que no solo parece les une de nuevo el carnet del partido, un (in)cierto destino político, si no también una forma de hacer política. Tratar de construir el futuro con los ladrillos de desecho que nos dejó el brumoso y doloroso pasado. Convencidos andan de que sobrescribir es siempre mejor que escribir de nuevo.

Pepe López

Periodista.

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